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La semilla es, sin duda, el insumo más importante para el desarrollo prometedor de un cultivo. Y, con cada cosecha, los productores rurales buscan cultivares que presenten tecnologías innovadoras, con alta calidad y desempeño en el campo, incluso ante las adversidades climáticas.
Para garantizar el potencial de rendimiento de las semillas, Integrada mantiene un equipo especializado en análisis de laboratorio de cultivares de soja y trigo. El Laboratorio está acreditado por el Ministerio de Agricultura y sigue todas las instrucciones reglamentarias y normas de análisis de semillas.
Se realizan pruebas de control de calidad desde el inicio de la cosecha de los campos hasta el proceso de estandarización de los lotes recibidos. Cada uno de estos lotes es sometido a un análisis final y se emiten los resultados que certifican la calidad para su comercialización.
Las semillas pasan por confirmación de pureza, verificación de otros cultivares en el caso de la soja, determinación de otras semillas por número y análisis de calidad como germinación, vigor y tetrazolio.
“La prueba del tetrazolio, utilizada principalmente como control de calidad, es fundamental para identificar si existe algún daño en la semilla, provocado por la acción de algún insecto, como chinches, o deterioro por humedad, y también para detectar daños mecánicos” , explica la responsable del laboratorio de semillas de Integrada, Amanda Turozi Zulianelli de Lima.
La semilla se remoja en una solución conocida popularmente como sal de tetrazolio (cloruro de trifenil tetrazolio), que le confiere un color rojizo, resaltando las características del grano, analizadas una a una en detalle.
El equipo, formado por cinco expertos de laboratorio, realiza pruebas de semillas con mayor frecuencia de marzo a octubre, durante la cosecha y la recepción de la producción, y continúa hasta la distribución de los lotes de semillas de soja para la siembra.
El trabajo también es intenso de septiembre a marzo, durante la cosecha y recepción de los campos productores de semillas de trigo, hasta la distribución de los lotes para la siembra.
Según el coordinador de insumos, Marcio Zanatta, el laboratorio de Integrada está enfocado al ensayo de semillas de soja y trigo, y también está acreditado para el análisis de semillas de maíz, frijol y avena.
“Como Integrada comercializa semillas de soja y trigo, enfocamos los análisis en estos cultivos, siguiendo el estándar dispuesto por el Ministerio de Agricultura. Nuestras semillas también se someten a análisis de tejidos vegetales, como es el caso de Safra Super, rica en molibdeno”, explica Zanatta.
Las semillas Safra Super Special son desarrolladas con la más alta tecnología, desde el cultivo en el campo hasta la disponibilidad para los socios. Tiene una tasa mínima de germinación del 90% y un vigor del 80%, además de estar enriquecido con molibdeno, uno de los nutrientes más importantes en la realización de diversas reacciones bioquímicas, incluida la que permite obtener nitrógeno atmosférico mediante fijación biológica en las raíces de la planta.
Las pruebas en diferentes tipos de suelo, en ambientes controlados, también demuestran el desarrollo de las semillas, como es el caso del experimento de germinación en arena.
“En esta prueba es posible comprobar la viabilidad, la germinación y el vigor, analizando principalmente el sistema radicular de las plantas y cuántas de las semillas tuvieron algún problema de desarrollo”, explica Amanda, mostrando las raíces bien formadas de la prueba.
Todas las muestras de semillas recibidas se almacenan en una cámara climatizada, a una temperatura inferior a 20 grados centígrados y una humedad inferior al 60%. “Se mantienen en un ambiente controlado durante todo el ciclo del cultivo. En cada final del ciclo, se descartan, dejando espacio para nuevas muestras”, señala Zanatta.
Integrada tiene tres unidades de procesamiento de semillas, ubicadas en Londrina, operando en el Complejo Industrial, en Santa Cecília do Pavão y en Mauá da Serra. Con modernos equipamientos y alianzas con grandes empresas, las unidades ofrecen, además de calidad genética, tratamiento industrial de semillas con capacidad de 100 toneladas/hora, garantizando uniformidad, salubridad y seguridad en el manejo, con controles de gestión para minimizar al máximo. riesgos de contaminación e impacto ambiental.
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