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Promulgada a finales de 2024, la Ley n.º 15.070, conocida como Ley de Bioinsumos, marcó un hito para la agricultura brasileña al establecer directrices para la producción, comercialización y uso de estos insumos. Sin embargo, para que la ley entre en vigor con certeza técnica y jurídica, a la par de la evolución tecnológica del sector, su reglamentación requiere una construcción conjunta entre el gobierno, la industria y los productores rurales.
Es precisamente en ese frente que Anpii Bio (Asociación Nacional de Promoción e Innovación de la Industria Biológica), la entidad más tradicional del segmento y una de las principales articuladoras de la ley antes de su aprobación, ha concentrado sus esfuerzos: además de formar parte del Grupo de Trabajo del Ministerio de Agricultura (Mapa), la asociación lleva adelante una intensa agenda de reuniones técnicas en sus propias Comisiones Reguladoras, involucrando a tomadores de decisión de las empresas asociadas para, juntos, elaborar una propuesta sólida y colaborativa para ser presentada al gobierno.
Desde principios de 2025, este esfuerzo conjunto ya ha dado lugar a 17 reuniones, que se han convertido en un espacio estratégico para desarrollar propuestas y alinear los diferentes perfiles de las empresas miembro. Esta diferencia ha fortalecido la representación técnica de la entidad, lo que se refleja en el alto nivel de participación de las empresas: el 92 % de los miembros activos participó en al menos una reunión, con un promedio general del 61 % entre los miembros activos.
“Continuaremos con una intensa agenda en los próximos meses, ya que creemos que la regulación será más efectiva cuando se base en el conocimiento compartido. La participación constante de las empresas en cada debate nos permite construir una propuesta equilibrada capaz de impulsar la innovación sin sacrificar la seguridad y la calidad técnica que exige el sector, a la vez que las empresas brasileñas podrán aumentar su liderazgo en el desarrollo de soluciones sostenibles para la agricultura”, afirma Júlia Emanuela de Souza (en la foto), directora de relaciones institucionales de Anpii Bio.
Las discusiones regulatorias se llevan a cabo mensualmente y se organizan en tres áreas distintas, lo que permite a Anpii Bio actuar de manera técnica y especializada. La Comisión Reguladora de Agentes de Control Biológico aborda temas como el registro de biodefensivos, las directrices para productos multifuncionales y el control de calidad. La Comisión Reguladora de Inoculantes se dedica a la regulación específica de estos productos, centrándose en su eficacia en el suelo y las plantas. Finalmente, la Comisión Fiscal y Tributaria se centra en los obstáculos económicos y fiscales, con el objetivo de crear un entorno más competitivo que favorezca el crecimiento del sector.
Como complemento a esta labor, la entidad mantiene el Grupo de Trabajo Especializado (NET) – Regulación de Bioinsumos, un grupo que se reúne quincenalmente para profundizar los debates y elaborar propuestas basadas en evidencia científica. El NET desempeña un papel fundamental en la formulación de las contribuciones que se envían a los comités y, posteriormente, al MAPA. En marzo, el grupo registró su mayor tasa de participación entre las empresas activas: un 75%.
A través de este diálogo técnico continuo, Anpii Bio podrá formular, junto con sus miembros, las directrices que considera esenciales para la regulación del sector. Entre las prioridades ya mencionadas se encuentran procedimientos más ágiles y desburocráticos para el registro de nuevos productos, con énfasis en la creación de un registro único para bioinsumos multifuncionales, además de la creación de líneas de financiamiento con tasas de interés reducidas para los productores que adopten estas tecnologías.
La asociación también aboga por que la legislación reconozca las especificidades de los productos biológicos y microbiológicos, considerando sus múltiples modos de acción e interacciones naturales en el entorno agrícola. Este enfoque será esencial para ampliar el acceso de los productores a tecnologías de vanguardia, promoviendo así el aumento de la productividad y la sostenibilidad en el campo.
“Cuando tengamos reglas claras, crédito accesible y un camino regulatorio que reconozca la naturaleza multifuncional de los microorganismos, tendremos aún más inversiones, soluciones más sostenibles y mayor competitividad para la agricultura brasileña”, resume Júlia.
Vínculos con el sector — Además de las reuniones internas, Anpii Bio ha ampliado su diálogo con todos los eslabones de la cadena productiva. En 2025, promovió dos eventos de alto perfil: el Taller de Bioinsumos e Innovación: Alineando Procesos, Perspectivas Técnicas, Calidad y Regulación, y la Cena Ejecutiva, celebrada en Brasilia (DF).
El taller marcó un hito al reunir a representantes de la industria, investigadores, laboratorios públicos y privados, así como a agencias reguladoras como Anvisa, Mapa, Embrapa, LFDA, la Universidad de Brasilia (UnB) y Esalq/USP. A lo largo del día, cuatro paneles temáticos abordaron temas como metodologías de análisis, control de calidad, producción de microorganismos, validación de la eficacia e innovaciones regulatorias.
La Cena Ejecutiva reunió a más de 100 participantes, entre ellos parlamentarios, autoridades ejecutivas, representantes de MAPA y ANVISA, líderes del sector, miembros de embajadas y representantes de entidades como CNA, Abrapa y Aprosoja. El evento también reforzó el compromiso de Anpii Bio con la promoción de políticas públicas y regulaciones que favorezcan la innovación, la investigación y el crecimiento sostenible del sector.
Según datos recopilados por Anpii Bio con base en consultorías especializadas, el sector de bioinsumos generó R$5,7 millones en la última cosecha, con 156 millones de hectáreas tratadas. Se prevé que el mercado crezca un 60% para finales de la década, superando los R$9 millones en ventas. La proyección de crecimiento anual para las industrias asociadas es del 12,4% para inóculos y del 20,4% para biodefensivos, impulsada por avances en tecnologías como bioinsecticidas e inóculos solubilizantes de nutrientes. Según una encuesta de DunhamTrimmer LLC International Bio Intelligence, Brasil ya representa el 11,3% del consumo mundial de estos productos.
“Nos encontramos en un momento decisivo para consolidar un sector que, más que innovación, representa una nueva forma de pensar la agricultura brasileña: más sostenible, eficiente y tecnológica. Una regulación adecuada es lo que nos permitirá convertir este potencial en una realidad concreta para el productor y el país”, afirma Júlia Emanuela de Souza, directora de relaciones institucionales de Anpii Bio.
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