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El suelo de un huerto de cítricos en Vale do Caí, afectado por el evento climático de mayo de este año, fue objeto de un estudio realizado por el Departamento de Suelos de la Facultad de Agronomía de la Universidad Federal de Rio Grande do Sul (UFRGS ), la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Producción Sostenible y Riego (Seapi) y Emater-RS.
Los resultados del trabajo fueron publicados en la Nota Técnica nº 5, que conforma una colección de publicaciones, producidas por las tres instituciones. El objetivo es ofrecer apoyo técnico-científico en las directrices para la recuperación de suelos y las bases de los sistemas productivos de Rio Grande do Sul.
Equipos de la UFRGS, Seapi y Emater-RS recogieron muestras de suelo de un huerto afectado por la inundación. Las muestras se recogieron en una zona donde la inundación depositó tres metros de sedimentos más gruesos; en otro donde había una capa de unos pocos centímetros de sedimento más fino; y el subsuelo original del huerto, situado debajo de estos sedimentos. Los suelos fueron analizados según su composición granulométrica (tipos y tamaños de partículas), su acidez, contenido de materia orgánica y concentración de nutrientes.
El estudio reveló variaciones significativas en algunos parámetros, dependiendo del tipo de sedimento depositado.
El análisis granulométrico demostró que los sedimentos más gruesos se parecían al subsuelo original, mientras que los sedimentos más finos eran más ricos en limo y materia orgánica. “Esto ejemplifica la importancia de la evaluación caso por caso para la toma de decisiones”, destaca Amanda Posselt Martins, profesora de Fertilidad del Suelo de la UFRGS.
El impacto de la pérdida de la capa superior del suelo fue claro, encontrándose niveles muy bajos de materia orgánica en el suelo. “En las acciones de recuperación deben recomendarse manejos que promuevan el aumento de esos niveles, ya que la fertilidad de los suelos de Rio Grande do Sul depende altamente de la materia orgánica”, agrega Amanda.
Por otro lado, manejos como el encalado deben usarse con precaución. “La acidez y la falta de calcio y magnesio no fueron un problema observado en ninguna de las situaciones presentadas en este trabajo, al igual que los micronutrientes manganeso, cobre y zinc”, dice Tales Tiecher, profesor de Química de Suelos de la UFRGS.
Como señalan los resultados del estudio, el nutriente que requiere mayor atención en las acciones de recuperación suele ser el fósforo. “El fósforo está retenido específicamente en partículas de arcilla, que fueron transportadas por el agua a lugares más distantes y no fueron depositadas en las áreas productivas de Vale do Caí. En este sentido, la diversificación de cultivos para favorecer la biota del suelo y la aplicación de fertilizantes fosfatados en dosis recomendadas en base a análisis de suelo son estrategias que se deben adoptar para recuperar el potencial productivo de estas zonas”, valora Tales.
Para el director del Departamento de Defensa de Plantas de la Seapi, Ricardo Felicetti, los resultados del estudio resaltan la complejidad en el escenario de recuperación de suelos afectados por inundaciones. “Cada situación es única y depende de evaluaciones precisas y de la integración entre mecanización, fertilidad y medidas de recomposición de la materia orgánica”, concluye.
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