Las lluvias irregulares retrasan la siembra de los cultivos de verano.
El boletín de Conab indica precipitaciones inferiores a la media en las zonas agrícolas del Medio Oeste y el Sureste.
Investigaciones financiadas por el Gobierno de Minas Gerais indican que la zona norte del estado podría convertirse en un nuevo centro de producción de cacao. Con un clima semiárido, altas temperaturas y escasas precipitaciones, la región, antes considerada desfavorable para el cultivo, se perfila ahora como una zona prometedora gracias a los avances tecnológicos y las nuevas prácticas de cultivo.
Los estudios están siendo realizados por la Universidad Estatal de Montes Claros (Unimontes) y cuentan con el apoyo de la Fundación de Apoyo a la Investigación del Estado de Minas Gerais (Fapemig). Al frente del proyecto se encuentra el ingeniero agrónomo y especialista en fitotecnia Víctor Martins Maia, coordinador del Centro Tecnológico para el Cultivo de Cacao en Regiones No Tradicionales (CTCRNT).
Según el investigador, el estado ya cuenta con aproximadamente 480 hectáreas cultivadas con cacao, cifra que debería aumentar significativamente en los próximos años. «Se espera que, para 2026, esta superficie alcance las tres mil hectáreas», afirma Maia. El centro recibió 3,5 millones de reales en inversiones de Fapemig para estudios sobre riego, nutrición, plántulas y manejo de cultivos.
Además de probar nuevas tecnologías de cultivo, el equipo también utiliza visión artificial para estimar la producción y desarrolla sistemas agroforestales que integran el cacao con cultivos como la macadamia y la piña. «La industria global busca regiones capaces de producir cacao de forma estable y con alta productividad. Brasil tiene el potencial para satisfacer esta demanda gracias a la tecnología y la sostenibilidad», destaca el investigador.
El crecimiento del cultivo de cacao en el norte de Minas Gerais es posible gracias a una técnica de siembra a pleno sol, desarrollada por el equipo de Unimontes, que combina el cacao con cultivos tradicionales de banano, ya estructurados con riego.
Este método contrasta con el sistema de «cabruca», típico de Bahía, en el que el cacao crece a la sombra de la Mata Atlántica. En el sistema de cultivo intercalado de banano, los clones más resistentes se cultivan a la sombra de los bananos durante dos años, sometiéndose a podas regulares hasta que se adaptan al pleno sol.
La estrategia aporta beneficios directos a los productores locales. "Desde un punto de vista económico, el modelo es ventajoso: mientras se desarrolla el cultivo de cacao, el productor mantiene los ingresos procedentes del cultivo de plátanos", explica Maia.
Los primeros experimentos con cacao en la región semiárida de Minas Gerais comenzaron en 2011, en Janaúba. En aquel entonces, el grupo probó clones de Bahía, pero las plantas no resistieron varios años de sequía. A partir de entonces, los investigadores centraron sus esfuerzos en seleccionar materiales genéticos más adaptados y mejorar las técnicas de manejo.
En 2017, el proyecto cobró nuevo impulso con el apoyo de Fapemig, lo que permitió reanudar las pruebas de campo y realizar jornadas de extensión técnica para difundir conocimientos entre los productores de la región. Desde entonces, estas reuniones se celebran cada dos años y congregan a agricultores, técnicos e investigadores interesados en ampliar la producción.
Actualmente, el Centro Tecnológico de Unimontes desarrolla una serie de proyectos centrados en la calidad del cacao producido en la región semiárida. Uno de los estudios, en colaboración con la Universidad Federal de Lavras (Ufla), investiga el proceso de fermentación de los frutos para la producción de chocolate de origen.
Se espera crear un «terroir del Sertão», con granos de cacao que expresen las características únicas del norte de Minas Gerais, como su aroma y sabor distintivos. «Apenas estamos al comienzo de una nueva frontera productiva para el estado», concluye Maia.
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