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La falta de lluvias regulares y la llegada del invierno han generado preocupación entre los productores de maíz de Paraná, especialmente ante el riesgo de heladas y fuertes caídas de temperatura en las próximas semanas. Según el Instituto Nacional de Meteorología (Inmet), el pronóstico para principios de junio indica la posibilidad de heladas en zonas de la Región Sur, incluyendo Paraná, debido a la llegada de una masa de aire frío que provocará un fuerte descenso de las temperaturas. Además, las precipitaciones acumuladas en las últimas semanas han sido inferiores a la media histórica, lo que ha agravado la situación de los cultivos. Estas condiciones climáticas adversas pueden comprometer el desarrollo de las plantas y afectar negativamente la productividad de los cultivos.
Según Alexandre Luis Muller, profesor de Agrometeorología de la Pontificia Universidad Católica de Paraná (PUCPR), Campus Toledo, las precipitaciones irregulares han afectado directamente a los cultivos de maíz en el estado. En Paraná, predominan dos tipos principales de precipitación: convectiva y frontal. La precipitación convectiva es lluvia aislada, típica del verano. La precipitación frontal se asocia con la llegada de frentes fríos y suele cubrir una mayor superficie. Según el profesor, la última ocurrencia significativa de lluvia frontal se registró en diciembre de 2024, y desde entonces, solo han caído lluvias aisladas en el estado, insuficientes para cubrir las necesidades de los cultivos.
Muller advierte que, si bien los productores desean la lluvia, su llegada en esta época del año puede suponer un riesgo adicional. «Para reponer la humedad necesaria en el suelo, se necesitaría un alto volumen de lluvia, lo que podría ir acompañado de una caída repentina de la temperatura, lo que aumentaría el riesgo de heladas poco después», afirma.
La falta de lluvia ha provocado que los productores inviertan menos en cultivos, como en el tratamiento de enfermedades. «Muchos productores han optado por no invertir en gestión fitosanitaria debido a la expectativa de pérdidas, lo que ha generado un nuevo desafío para la cosecha, que ahora sufre mayores brotes de enfermedades», afirma el profesor.
Aunque todavía no hay un pronóstico confirmado de heladas, la posibilidad ya es preocupante. «Si se produjera una helada ahora, gran parte de los cultivos sufriría pérdidas significativas», advierte Muller.
La PUCPR cuenta con una estación meteorológica que monitorea los niveles de precipitación, las temperaturas máximas y mínimas, la velocidad del viento y la humedad relativa. Estos datos se utilizan tanto en proyectos académicos que evalúan el impacto de las condiciones ambientales en los cultivos como en la elaboración de informes meteorológicos para la región. «La predictibilidad climática ayuda a los productores a planificar sus actividades, desde la definición de la temporada de siembra hasta la toma de decisiones de gestión», enfatiza el profesor.
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