En noviembre suben precios de diésel y etanol en la Región Sur
Pese al aumento, la región sigue siendo la más barata del país para suministrar ambos tipos de diésel
La prolongada sequía y las altas temperaturas de 2024 han impuesto graves desafíos a los cultivos de café en Brasil, el mayor productor y exportador mundial de este grano. El impacto climático ya se refleja en los precios del saco de café, que superó la marca histórica de 2 reales, mientras el mercado internacional reacciona ante la expectativa de una oferta reducida en 2025.
El florecimiento de las plantaciones, momento crucial para definir la cosecha, se vio directamente comprometido por la falta de lluvias y el déficit hídrico en las principales regiones cafetaleras del país. Si bien algunas zonas mostraron una floración satisfactoria, el bajo follaje de las plantas, combinado con las condiciones climáticas adversas, provocaron un bajo cuajado de flores, es decir, muchas de ellas no se convirtieron en frutos.
"El escenario es crítico y genera alerta para toda la cadena productiva", destaca Rafael Stefani, productor de café de Ribeirão Corrente (SP). "La percepción global es que Brasil tendrá dificultades para satisfacer la demanda el próximo año, lo que ha impulsado los precios en el mercado internacional".
Según el agrónomo Marcelo Jordão, de la Fundación Procafé, los efectos de la prolongada sequía serán aún más evidentes en los primeros meses de 2025, cuando se confirme el impacto real en la productividad. "El déficit hídrico y las altas temperaturas afectaron el follaje de las plantas, fundamental para el desarrollo de los frutos. A pesar de la apertura de las flores, muchas no cuajaron, comprometiendo significativamente la cosecha".
El aumento de precios no sólo afecta a los productores, sino que también repercute en toda la cadena productiva. Los exportadores y tostadores ya están comenzando a revisar sus estrategias a la luz de la volatilidad del mercado y el incierto escenario climático. Para el consumidor final, el impacto también se sentirá, ya que los aumentos en los precios de los productos de café ya se notan en los lineales.
Con el futuro de la cosecha de 2025 aún incierto, Brasil enfrenta uno de los mayores desafíos recientes en la producción de café, lo que refuerza la necesidad del sector de adaptarse al cambio climático y la imprevisibilidad del mercado global.
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