Corteva cierra unidad en Rio Grande do Sul
El cierre tendrá lugar el 1 de mayo.
La cosecha de soja en Rio Grande do Sul alcanzó el 50% del área sembrada, según la Información Coyuntural de Emater/RS divulgada hoy (10/4). Pese al avance con relación a la semana anterior —que registró 39% del área cosechada—, el escenario continúa marcado por una fuerte variación en la productividad, resultado de los efectos de la sequía en distintas regiones del estado.
Mientras que el 39% de los cultivos están madurando, otro 10% está en la fase de llenado de grano y el 1% todavía está floreciendo. Las lluvias ocurridas durante la última semana contribuyeron al desarrollo de cultivos de ciclo tardío, pero también retrasaron la cosecha en zonas donde el suelo se saturó, especialmente en la Mitad Occidental.
La productividad presenta disparidades extremas: desde 180 kg/ha en zonas del extremo oeste hasta 6.000 kg/ha en los cultivos del nordeste. El promedio estatal se estima en 2.240 kg/ha, pero podría revisarse a la baja si los efectos del déficit hídrico de marzo continúan afectando negativamente a los cultivos que aún están en campo.
En las regiones más afectadas la maduración de las plantas es irregular. La combinación de estrés hídrico durante el período reproductivo y alta humedad después de las lluvias resultó en granos con alto contenido de humedad, impurezas y mala calidad, lo que ha estado generando descuentos comerciales. Para mitigar los impactos, los productores han recurrido al uso de desecantes químicos para estandarizar la maduración y reducir las pérdidas de calidad. También continúan los procesos de registro de pérdidas ante las instituciones financieras y de emisión de informes técnicos por parte de peritos.
La cosecha de maíz avanza lentamente, con el 85% de la superficie ya cosechada. La prioridad dada a cultivos más sensibles, como el arroz, la soja y el frijol, explica parte de este ritmo. Aún así, alrededor del 9% de los cultivos de maíz están madurando y otro 6% permanece en el campo esperando las condiciones adecuadas para la cosecha.
La resistencia del maíz en campo ha permitido esta estrategia, siempre y cuando las mazorcas estén bien protegidas por la paja y el clima se mantenga favorable. La productividad media estatal se estima en 6.866 kg/ha, considerada positiva gracias al buen comportamiento de los cultivos tempranos, que escaparon del período más severo de sequía.
En el caso del maíz destinado al ensilaje, la cosecha también ha avanzado poco y se mantiene en el 85%. Además de las precipitaciones, la siembra escalonada influye en el ritmo de actividad, al distribuir mejor el uso de la maquinaria y evitar conflictos con la cosecha de granos.
El resto de los cultivos se beneficiaron de la humedad reciente, con un 5% iniciando la maduración, un 6% en llenado de grano, un 3% en floración y un 1% aún en fase vegetativa. La productividad promedio se estimó en 36.760 kg/ha, una disminución de 6,8% respecto a la proyección inicial, lo que refleja los efectos negativos de la sequía.
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