Corteva cierra unidad en Rio Grande do Sul
El cierre tendrá lugar el 1 de mayo.
Con el avance de las discusiones sobre la producción sustentable y la necesidad de reducir el impacto ambiental de la agricultura, el Instituto de Ciencia Animal (IZ), vinculado a la Secretaría de Agricultura y Abastecimiento del Estado de São Paulo, viene desarrollando estudios volcados a la recuperación de áreas de pastoreo degradadas. La propuesta utiliza sistemas de consorcio entre cultivos de granos —como soja y maíz de segunda cosecha— y especies de gramíneas, en un modelo de siembra directa.
La técnica, considerada ya por los expertos como una de las principales apuestas de la agricultura de conservación, busca no sólo recuperar la capacidad productiva del suelo, sino también proporcionar forrajes de mejor calidad para la alimentación animal, especialmente en periodos de sequía.
La investigadora Karina Batista, responsable del estudio en el IZ, explica que los consorcios entre soja y gramíneas Aruana y Ruziziensis demostraron resultados positivos tanto en la mejora de la fertilidad del suelo como en el valor nutricional del ensilaje producido. “La hierba Aruana favorece la absorción de calcio y magnesio por parte de la soja, mientras que Ruziziensis contribuye al reciclaje de fósforo, potasio y magnesio”, afirma.
Según ella, la combinación de cultivos ofrece una alternativa viable para conservar forrajes de calidad en los sistemas de producción de rumiantes, especialmente en regiones donde el suelo ya muestra signos de desgaste. “Los ensilajes producidos a partir de estos consorcios tienen características nutricionales y de fermentación superiores a los compuestos únicamente por soja”, destaca.
Además de las ganancias en la alimentación animal, la investigación también evalúa los efectos de la aplicación de fertilizantes nitrogenados en consorcios de maíz de segunda cosecha con pasto. Batista advierte que, aunque el nitrógeno puede aumentar la fertilidad del suelo al estimular la actividad microbiana, su uso excesivo puede ser contraproducente. “Las dosis altas pueden comprometer la acumulación de carbono y nitrógeno en el suelo, anulando los beneficios del sistema”, explica.
La técnica del consorcio ha sido vista como una alternativa para incorporar áreas de pasturas degradadas al sistema productivo, sin necesidad de deforestación, en línea con los compromisos internacionales de reducción de emisiones y conservación del medio ambiente. Para el Instituto de Ciencia Animal, los resultados de la investigación indican un camino viable para los productores que buscan alinear la eficiencia productiva y la sostenibilidad en sus sistemas de gestión.
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