Es hora de monitorear las enfermedades de la soja

La roya asiática depende en gran medida de la humedad de las hojas para infectarse.

07.12.2024 | 06:01 (UTC -3)
Revista Cultivar

Con el inicio de la cosecha de soja, una recomendación a los productores: un manejo preventivo e informado es la clave para evitar pérdidas por enfermedades como la roya asiática.

El fitopatólogo Marcelo Gripa Madalosso enseña que el monitoreo del predio implica estrategias específicas para diferentes tipos de enfermedades, considerando los riesgos regionales y las condiciones climáticas.

Seguimiento y clasificación de enfermedades.

Las enfermedades que afectan a la soja se pueden dividir en dos grandes grupos: necrotróficas y biotróficas.

Las enfermedades necrotróficas, como las causadas por hongos que permanecen en el suelo o en los residuos de los cultivos, tienden a empeorar en los sistemas de monocultivo debido a la acumulación de inóculo en el ambiente.

Los biotróficos, como la roya asiática y el mildiú polvoriento, se transmiten por el aire y dependen de condiciones climáticas específicas para propagarse.

“Es fundamental que los productores sepan diferenciar estos grupos y adaptar sus prácticas en consecuencia. Manejar cultivares tolerantes, monitorear las condiciones climáticas y consumir información confiable son puntos esenciales para minimizar riesgos y maximizar los resultados de la cosecha”, explica Madalosso.

Marcelo Madalosso
Marcelo Madalosso

Herramientas y errores más comunes

Herramientas como los recolectores de esporas son útiles para identificar el movimiento de patógenos en el aire, pero no deben usarse como único desencadenante de aplicaciones de fungicidas.

“El error está en esperar a que el recolector de esporas indique la presencia de patógenos y recién entonces iniciar el control. Esto puede provocar retrasos en las aplicaciones, especialmente en situaciones favorables a la oxidación”, explica el especialista.

Los mayores errores cometidos por los productores al controlar las enfermedades de la soja incluyen:

  • Retrasar el inicio de aplicaciones en condiciones de alta favorabilidad para enfermedades.
  • Mantener largos intervalos entre aplicaciones de fungicidas, especialmente superiores a 14 días, lo que compromete el control preventivo.
  • Dependencia exclusiva de unas pocas herramientas químicas, sin rotación de activos ni uso adecuado de fungicidas multisitio.

Condiciones climáticas y desafíos de control.

La roya asiática depende en gran medida de la humedad de las hojas para infectarse. Las condiciones de rocío, llovizna o lluvia ligera crean el ambiente ideal para su proliferación.

El monitoreo del clima debe estar alineado con la planificación de la gestión para evitar sorpresas desagradables.

Además, las fallas en los equipos y las condiciones de aplicación comprometen los resultados.

“Cuanto más tarde el productor inicie el manejo, más avanzada estará la enfermedad y menos efectivo será el control químico”, destaca Madalosso.

Eficiencia de gestión

Para lograr un buen control de enfermedades, especialmente de la roya asiática, Madalosso recomienda:

  • Formación e información: Consumir información técnica y evitar fuentes poco fiables.
  • Planificación regional: participar en programas de seguimiento, que proporcionan una visión general del movimiento de las esporas en diferentes regiones.
  • Cultivares adecuados: optar por variedades más tolerantes a la roya y adaptar el manejo a sus características.
  • La rotación de cultivos: evitar el monocultivo para reducir la presión de las enfermedades necrotróficas.
  • Gestión integrada: combinar prácticas químicas, culturales y climáticas para lograr el mejor control posible.

Uso correcto de los productos.

Otro desafío destacado por Madalosso es la pérdida gradual de eficacia de los fungicidas disponibles.

Gran parte de esto ocurre debido al uso inadecuado de los productos y a la falta de rotación entre grupos químicos.

“No esperamos nuevos grupos químicos antes de 2027 o 2028. Esto significa que la gestión química actual debe planificarse mejor, con aplicaciones preventivas e intervalos cortos. Necesitamos mantener la eficacia de los productos”, advierte.

Los representantes de la industria están de acuerdo. Explican que en el desarrollo de productos se utiliza mucho esfuerzo humano y recursos financieros. Pero hay un tiempo mínimo para completar el proceso.

Graciela Mognol
Graciela Mognol

"En 2022, lanzamos globalmente la molécula Revysol (mefentrifluconazol) para controlar enfermedades en la soja, el maíz, el algodón y otros. Más adelante en esta década, planeamos lanzar un nuevo grupo químico disruptivo, especialmente desarrollado para los productores de soja brasileños. Está en nuestro ADN para invertir tiempo, recursos y crear nuevas moléculas, sin embargo, es necesario que el productor adopte las medidas necesarias para mantener la efectividad de los productos disponibles", explica Graciela Mognol, directora de marketing de BASF Soluções para Agricultura no. Brasil.

Fabio Lemos
Fabio Lemos

"La búsqueda de nuevos grupos químicos de fungicidas es un desafío constante en el sector agrícola. Ante el desafío actual en el manejo de enfermedades, todas las herramientas son importantes, así como la integración de químicos y biológicos. Un ejemplo de nuestra apuesta por la innovación es o Onsuva Es fundamental que el agricultor utilice los productos según lo recomendado, rotando grupos químicos e ingredientes activos dentro de un mismo grupo químico", dice Fábio Lemos, gerente de cultivos y cartera de FMC.

Conozca más sobre la roya asiática en la soja haciendo clic:


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