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Noticias de la agencia Reuters, citando como fuente al director financiero de Danone, informaron la semana pasada que la empresa francesa ya no compra soja brasileña. Esto es en respuesta a las nuevas directrices medioambientales de la Unión Europea (UE). Sin embargo, la filial brasileña de la empresa declaró hoy que la información es incorrecta y que las compras de soja en el país continuarían de acuerdo con los estándares locales e internacionales.
La postura de Danone se produjo en medio de la presión de las nuevas normas de la UE, que buscan restringir la entrada de productos asociados a la deforestación a sus territorios. La declaración inicial de un ejecutivo de Danone de que la empresa suspendería la importación de soja brasileña tuvo repercusiones negativas, especialmente entre los productores brasileños, que interpretaron la decisión como un boicot a la producción nacional.
El Ministerio de Agricultura de Brasil reaccionó a la situación. En un comunicado, el gobierno refuerza que Brasil tiene una de las leyes ambientales más estrictas del mundo, así como sistemas de mando y control para combatir la deforestación ilegal. El ministerio también destacó el compromiso del país con la sostenibilidad y la adopción de prácticas de trazabilidad reconocidas internacionalmente, afirmando que las empresas brasileñas del sector de la soja siguen rigurosos procesos de "debida diligencia" para garantizar el cumplimiento ambiental.
La nota también criticaba las normas de la Unión Europea, calificándolas de unilaterales y arbitrarias. Según el Ministerio, tales requisitos ignoran las particularidades de los países productores, imponen costes elevados y perjudican especialmente a los pequeños productores que dependen del mercado europeo. Además, se reforzó que el gobierno brasileño ya propuso modelos de seguimiento electrónico a la Unión Europea para cumplir con las nuevas reglas, demostrando su compromiso con la transparencia y la sostenibilidad.
El sector agrícola brasileño también reaccionó a la medida de Danone. Las asociaciones de productores de soja sostuvieron que el país ha logrado avances significativos en la reducción de la deforestación y la adopción de prácticas sostenibles. Según los productores, la decisión de la empresa podría tener graves consecuencias para la economía local, comprometiendo no sólo a los productores, sino también la imagen de Brasil como proveedor de alimentos. Algunos grupos incluso sugirieron boicotear las marcas de Danone como represalia.
Ante las repercusiones, Danone lanzó una aclaración, afirmando que la información inicial sobre la suspensión de la compra de soja brasileña era incorrecta. La empresa garantizó que seguirá comprando soja de Brasil, respetando las regulaciones locales e internacionales. Sin embargo, el comunicado no aclaró si hubo cambios en sus políticas de adquisiciones o ajustes para cumplir con las directrices europeas que entrarán en vigor.
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