El cultivo orgánico y el cultivo protegido están entre los temas definidos en el programa de capacitación en línea para 250 extensionistas, organizado a través de la alianza de cooperación técnica entre Embrapa Hortaliças y el Instituto de Desarrollo Rural de Paraná (IDR-Paraná).
Con reuniones mensuales, a partir de junio pasado, la capacitación seriada abordará diversos aspectos del cultivo de hortalizas, como principios de producción orgánica, manejo integrado de plagas y enfermedades, manejo agroecológico de suelos, fertilización orgánica y cultivos protegidos.
“Las líneas de investigación del instituto están más enfocadas en granos, frutas, café y yerba mate. Sin embargo, hay un fuerte desempeño de nuestro equipo de extensionistas en el área de horticultura, en prácticamente todos los municipios del Estado”, comenta el ingeniero agrónomo André Miguel, coordinador estatal del Programa de Agroecología del IDR-Paraná, para quien el conocimiento de Los investigadores de Embrapa, en un programa de capacitación estructurado, pueden ayudar enormemente en el desarrollo de la producción regional de hortalizas.
La validación de cultivares de hortalizas desarrollados en los programas de mejoramiento genético de Embrapa abarca otro pilar de la alianza entre las instituciones, principalmente los cultivares de tomate, lechuga y berenjena. “La validación externa es fundamental para que podamos avanzar con nuestros activos en la escala de madurez técnica de la tecnología y, así, entender cómo se comportan los cultivares en diferentes sistemas de producción, como el orgánico, y en otras condiciones de clima y suelo”, observa la agrónoma Débora Albernaz, analista de Transferencia de Tecnología de Embrapa Hortaliças.
Inicialmente, las unidades de validación de cultivares serán implementadas en una estación experimental de producción orgánica en el IDR-Paraná, ubicada en la región metropolitana de Curitiba, pero existe la posibilidad de ampliar las pruebas a otros municipios y regiones del Estado. Se espera que entre finales de agosto y principios de septiembre se inicien las pruebas de adaptación y desempeño agronómico para evitar el período invernal más duro y, por ahora, se preparan las áreas de siembra con cultivos de cobertura para abonos verdes.
Según el agrónomo Ítalo Ludke, de Embrapa Hortaliças, la validación de cultivares no sólo permite una recomendación de siembra más precisa para las regiones de Paraná, sino que también contribuye al seguimiento y evaluación del impacto de esas tecnologías, que posteriormente proporcionan subsidios para la continuidad de investigación agronómica en ambas instituciones.
“Esperamos que esta asociación sea el comienzo de una acción más integrada entre las dos instituciones, incluyendo el desarrollo de tecnologías cada vez más adaptadas al Estado de Paraná, no sólo en lo que respecta a los cultivares, sino también a las recomendaciones de gestión y sistemas de cultivo”, concluye Miguel.