El sexo opcional daña a la avispa Lysiphlebus fabarum

Un estudio revela que las hembras asexuales enfrentan un mayor fracaso reproductivo cuando optan por la reproducción facultativa

09.06.2025 | 15:52 (UTC -3)
Revista Cultivar
Fotografía: C. Vorburger
Fotografía: C. Vorburger

La avispa parasitoide Lysiphlebus fabarum, conocida por atacar pulgones en cultivos europeos, presenta una peculiaridad biológica intrigante. Algunas de sus poblaciones se reproducen exclusivamente por partenogénesis, una forma de reproducción asexual que no requiere machos. Otras se reproducen sexualmente. Pero entre ellas, hay un grupo que puede alternar entre ambos modos.

Este comportamiento, conocido como sexo facultativo, ha sido considerado por los evolucionistas como una forma de combinar los beneficios genéticos del sexo con la eficiencia reproductiva de la partenogénesis.

Sin embargo, un estudio reciente sugiere que esta flexibilidad puede ser una carga. Las hembras que suelen reproducirse sin machos, pero que ocasionalmente se aparean, sufren pérdidas significativas en su éxito reproductivo. En lugar de "tener lo mejor de ambos mundos", parecen cosechar lo peor.

Rebecca Boulton, de la Universidad de Stirling, investigó siete líneas asexuales y una población sexual de la especie. Las hembras fueron expuestas a machos o se mantuvieron vírgenes. En ambos casos, se les administraron pulgones como hospedadores para el parasitismo.

Se evaluó a las hembras que se aparearon para determinar si realmente usaron esperma para fertilizar sus óvulos. Posteriormente, se monitoreó el rendimiento reproductivo de estas hembras y sus hijas durante dos generaciones.

Los resultados fueron claros. La reproducción sexual por parte de hembras normalmente asexuales resultó en una mayor tasa de fracaso reproductivo. Produjeron menos "momias" (pulgones muertos con larvas de avispa en desarrollo) y de estas emergieron menos adultos. Las hijas de estas hembras también tuvieron menos éxito para parasitar nuevos pulgones.

Contrariamente a lo esperado, la ventaja clásica de la reproducción asexual —evitar el llamado "costo masculino", es decir, producir solo hijas— no se confirmó. Las hembras sexuales produjeron tantas hijas como las asexuales. ¿La razón? La mayor fertilidad de las hembras sexuales. Incluso invirtiendo en hijos de ambos sexos, lograron mantener el número de hijas a un nivel similar.

Además, el sexo facultativo tuvo costos adicionales imprevistos. Algunas de las crías híbridas —resultado de la mezcla genética entre linajes asexuales y sexuales— podrían sufrir problemas genéticos como triploidía o depresión por cruzamiento entre individuos genéticamente distantes. La hipótesis de la «deriva genética», donde las combinaciones genéticas coadaptadas se desintegran aleatoriamente, ha cobrado fuerza para explicar el fracaso de la descendencia de las hembras que se cruzaron.

A pesar de ser reproductivamente ineficiente, el comportamiento sexual permaneció presente en los siete linajes asexuales estudiados, incluso después de cientos de generaciones sin contacto con machos.

Esta persistencia plantea la pregunta: ¿por qué la selección natural no ha eliminado rasgos sexuales costosos, como la aceptación de la cópula y el uso del esperma?

Una hipótesis implica la estrategia de "apostar contra el riesgo". Al final del verano, las poblaciones de L. fabarum Aumentan rápidamente antes de un colapso estacional. En esta etapa, el encuentro con machos se vuelve más probable y el entorno más inestable. El sexo, en este contexto, puede generar diversidad genética útil para sobrevivir al invierno. El coste inmediato de una menor fertilidad puede compensarse con una mayor probabilidad de adaptación futura.

Otro factor importante es la estructura social y comportamental de la especie. Las avispas tienden a parasitar en el mismo lugar donde surgieron, lo que favorece el cruzamiento entre hermanos. En este caso, la endogamia puede reducir los efectos negativos del cruzamiento entre linajes muy diferentes, como sería el caso de una hembra asexual que se aparea con un macho de sexo distante.

El estudio también señala que la ocurrencia de sexo entre hembras asexuales y machos sexuales —o incluso entre machos raros generados por partenogénesis— puede mantener la diversidad genética observada en poblaciones asexuales de L. fabarum.

Más información en doi.org/10.1098/rsos.242162

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