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Seis especies de cochinillas fueron registradas por primera vez en la parte media baja del Valle del São Francisco, la zona productora de frutas tropicales más importante del país, ubicada en la región semiárida. Las plagas se encontraron en huertos de mango y uva, provocando daños directos a los frutos y comprometiendo su calidad y desarrollo vegetal.
Según el investigador del Semiárido de Embrapa, Tiago Cardoso da Costa Lima, la correcta identificación de las especies que causan daños a los cultivos es la base para el manejo integrado de plagas. “A partir de esta información podemos aprender más sobre la biología del insecto y qué medidas de control podemos adoptar. En Embrapa Semiárido se ha trabajado constantemente para ayudar a los productores a monitorear estas plagas”, destaca.
El investigador explica que las cochinillas pueden provocar despigmentación de la piel del fruto y, incluso muertas, permanecen adheridas a la superficie perjudicando su aspecto. “Por lo tanto, es importante que los productores sigan de cerca a estas cochinillas en la fase vegetativa, evitando el crecimiento poblacional y la posterior migración hacia los frutos”, destaca.
Los primeros reportes de problemas causados por estas plagas fueron realizados por productores de mango, entre 2021 y 2022, quienes informaron a Embrapa sobre daños en hojas y frutos. En 2023, fue el turno de los productores de uva de denunciar una infestación de cochinillas en el tronco de la vid, provocando incluso la muerte de las plantas.
En respuesta, Embrapa Semiárido realizó un estudio en diferentes fincas de los municipios de Petrolina (PE), Belém de São Francisco (PE) y Curaçá (BA) para recolectar una muestra de estos insectos. El material fue enviado al Centro Estadual de Investigaciones Agrícolas (Ceagro), en Rio Grande do Sul, donde fue identificado por la taxónoma Vera Wolff. Los resultados fueron publicados en un artículo en la Revista Internacional de Ciencia de Insectos Tropicales.
En vid se identificó la presencia de dos especies. La primera, que ataca los troncos de la planta, es Melanaspis arnaldoi, restringida a Brasil, con registros anteriores en las regiones Sudeste y Sur. Esta plaga genera mayores costos de manejo, ya que los productores han adoptado la práctica de descortezar los troncos. realizar fumigaciones.
La segunda fue Aonidiella orientalis, que infesta hojas, pecíolos, entrenudos y bayas. La especie está ampliamente distribuida por todo el mundo y tiene una amplia gama de plantas hospedantes, siendo conocida como plaga de cítricos, papaya y mango.
En árboles de mango se identificaron cuatro nuevas especies para la región: Mycetaspis personata, Aonidiella comperei, Chrysomphalus aonidum e Hemiberlesia lataniae. Los tres primeros se observaron en hojas y frutos y el último sólo en hojas. EL A. competir Era la única especie que aún no se había registrado en el cultivo de mango en ningún país.
Las cochinillas, también conocidas como cochinillas escudo, son insectos chupadores que pertenecen a la familia Diaspididae. Sólo se mueven en su fase inicial de desarrollo, tan pronto como salen del huevo. Después de eso, se adhieren a la planta y comienzan a alimentarse.
Las hembras desarrollan un escudo sobre su cuerpo, lo que da origen al nombre común de este grupo de insectos. La presencia de esta estructura garantiza una mayor protección contra enemigos naturales y además dificulta el control de estas plagas con insecticidas. Los huevos también se colocan debajo del escudo hasta que eclosionan nuevas ninfas, que migrarán a otras partes de la planta. El macho adulto es más parecido a los insectos comúnmente conocidos, con presencia de alas.
Según la taxónoma Vera Wolff, estos insectos son importantes, especialmente en el sector agrícola, cuando existe una gran infestación en determinadas plantas de interés. “Pueden provocar lesiones, desde problemas con las hojas, chupando la savia, provocando también deformaciones en los frutos e incluso la muerte de algunas plantas. Entonces, cuando tienen una población grande hay que controlarlos, y para ello es necesario saber de qué especie se trata”, explica.
Wolff destaca también que los insectos identificados también son enviados al Museo de Entomología Profesor Ramiro Gomes Costa, donde existe una base de datos de cochinillas presentes en Brasil en diferentes hospedadores, con informaciones sobre la distribución geográfica de cada una de esas especies. “Este es también un conocimiento importante para conocer la biodiversidad de nuestra fauna brasileña”, destaca.
En 2022, Embrapa Semiárido e instituciones colaboradoras también registraron otras especies de cochinillas que hasta entonces no habían sido reportadas en árboles de mango en el centro bajo del Valle de São Francisco. Eran: un insecto escamoso (Pseudischnaspis bowreyi) y dos cochinillas de cera (Ceroplastes floridensis e Ceroplastos stellifer). Los resultados también fueron publicados en Revista internacional de ciencia de insectos tropicales.
“Esto demuestra la creciente importancia de este grupo de insectos en la región”, destaca el investigador Tiago Costa Lima. En este sentido, se están desarrollando proyectos que buscan evaluar mejores estrategias para el control de estas plagas.
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