Socios de Copacol reciben superávit histórico de R$ 270 millones
La cooperativa alcanzó R$ 10,6 mil millones en facturación
Los retrasos en la siembra de algodón en Mato Grosso pueden causar pérdidas significativas en la productividad y en la calidad de la fibra y afectar la planificación de las cosechas posteriores.
Según el investigador Sidnei Douglas Cavalieri, de Embrapa Algodão, la siembra ideal ocurre en enero. Cuando se siembra a partir de febrero, el algodón puede enfrentar estrés hídrico, mayor presencia de malezas e impactos negativos en la rotación de cultivos.
El retraso también puede generar costos adicionales en herbicidas y afectar la destrucción de retoños, interfiriendo con la siembra de soja en el cultivo siguiente.
Mato Grosso concentra alrededor del 70% del área cultivada con algodón, siendo aproximadamente el 90% de los cultivos cultivados en la segunda cosecha, después de la de soja. Cavalieri explica que, cuando se siembra en febrero, el algodón tiene menos lluvia disponible.
En algunas regiones del estado, las lluvias cesan en abril, mientras que en otras, cesan en mayo. La temporada de lluvias más corta puede comprometer el desarrollo de los cultivos y reducir su potencial de producción.
En la cosecha 2024/25, el retraso en el inicio de las lluvias retrasó la siembra de soja, que como consecuencia se cosecha más tarde. Esto acorta la ventana de siembra del algodón. Si el productor no reprograma su cultivo, manteniendo cultivares de ciclo medio o largo, puede haber un impacto directo en la productividad, ya que las plantas tendrán menos tiempo para beneficiarse de las lluvias.
Para reducir los efectos del retraso, Cavalieri recomienda que los productores utilicen cultivares de ciclo más corto. Esto permite que la planta de algodón aproveche mejor las precipitaciones disponibles.
También es posible reducir el espaciamiento entre las hileras de plantación, haciendo que la disposición de las plantas sea más equidistante. Esta técnica puede ayudar a mitigar las pérdidas causadas por la competencia de las malezas.
El investigador advierte que la falta de lluvias puede dificultar el cierre del dosel del cultivo, favoreciendo la infestación de malezas.
Algunas especies, como el pasto ganso, el caruru y el pasto amargo, tienen poblaciones resistentes a los herbicidas y pueden comprometer el desarrollo del cultivo.
Para solucionar el problema, puede ser necesario invertir más en herbicidas, lo que aumenta los costos de producción.
Además, la siembra tardía puede incrementar la presencia de patógenos y nematodos, haciendo necesario un manejo más riguroso. Si el productor necesita cambiar el cultivar planificado por otro, la resistencia de la nueva variedad a ciertas plagas puede ser diferente, requiriendo ajustes en el control fitosanitario.
El retraso en la siembra también interfiere en la planificación de la próxima cosecha. El algodón es una especie perenne y sus residuos de cultivo deben eliminarse antes de iniciar el cultivo de soja.
El control de retoños se realiza de forma mecánica y química, con la aplicación del herbicida 2,4-D. Este producto tiene residuos en el suelo y, si se siembra soja inmediatamente después de su aplicación, puede haber un impacto en el establecimiento del cultivo.
Si el algodón se cosecha más tarde, el tiempo para la destrucción del rastrojo disminuye, reduciendo la ventana de siembra de soja. Esto puede comprometer el ciclo de las semillas oleaginosas y afectar su productividad, perjudicando el sistema de producción soja-algodón, común en Mato Grosso.
Reciba las últimas noticias sobre agricultura en su correo electrónico