Uso de fertilizantes edáficos y foliares en remolacha
Por Emmanuel Zullo Godinho, Amanda Alves Arruda, Meirieli Nunes Beladeli
En lo que respecta a la compactación del suelo causada por maquinaria agrícola, especialmente tractores pesados, cosechadoras y maquinaria forestal, el tipo de ruedas puede tener una influencia directa. Las ruedas neumáticas (o simplemente neumáticos) y las orugas son los principales tipos de ruedas agrícolas, siendo los neumáticos el tipo predominante. Sin embargo, ambos han experimentado una evolución tecnológica en los últimos años.
Existen dos tipos principales de neumáticos: de capas diagonales y radiales. Los neumáticos de capas diagonales se caracterizan por una disposición de capas entre los talones y transversalmente (en ángulos de 30 a 45°) que ocupa toda la banda de rodadura y los flancos. Este tipo de construcción confiere a los neumáticos diagonales una banda de rodadura ovalada, de forma elíptica, con una baja superficie de contacto con el suelo. Los neumáticos radiales, por otro lado, se construyen con capas dispuestas perpendicularmente a los talones y entre los flancos, aumentando y reforzando la banda de rodadura con capas longitudinales, lo que le confiere una forma más plana y rígida, menos elíptica y con menor deformación, con una alta superficie de contacto con el suelo.
La agricultura moderna cuenta con una opción avanzada de neumáticos, los radiales de baja presión y alta flotación (BPAF) con características constructivas intermedias entre los diagonales y los radiales, siendo las principales diferencias entre este tipo el refuerzo de los flancos y la posibilidad de utilizar bajas presiones de inflado para el trabajo, lo que le otorga mayor flexibilidad.
Considerando las diferencias de construcción, en la práctica, los neumáticos radiales, y en especial los neumáticos BPAF, correctamente ensamblados e inflados, ofrecen las ventajas de reducir la compactación del suelo, el deslizamiento y el consumo específico de combustible, así como una mayor capacidad de tracción, eficiencia en la transferencia de potencia del motor y rendimiento operativo que los neumáticos diagonales. Sin embargo, los neumáticos diagonales son más resistentes a daños como pinchazos y desgarros, gracias a sus flancos más gruesos, así como a su menor costo de adquisición.
Las ruedas de oruga no tienen una clasificación formalmente definida y actualizada, por lo que se subdividen, según el material de construcción, en acero (rígidas) o caucho (flexibles), y pueden ser de oruga completa o semioruga. Además, tanto las orugas como las semiorugas pueden ser oblongas (alargadas) o triangulares.
Para fines agrícolas, las orugas de acero están cayendo en desuso, ya que predominantemente tienen mayor peso, menor flexibilidad en los cubos de reducción y en el terreno, menor velocidad de trabajo y eficiencia operativa y mayor consumo específico de combustible que las orugas de caucho.
Neumáticos u orugas, ¿cuál usar? La respuesta no sigue una regla general, y la toma de decisiones debe considerar la flota agrícola (tipos de tractores, cosechadoras e implementos), las operaciones agrícolas a realizar, los cultivos principales, el tipo de suelo, la topografía y el nivel de desarrollo técnico de la propiedad. Desde el punto de vista agronómico, la elección prioriza la compactación del suelo, para lo cual, según la investigación, las orugas son más ventajosas.
En comparación con los neumáticos, las orugas tienen una mayor superficie de contacto con el suelo y, por lo tanto, disipan mejor la carga estática (peso) y dinámica de la máquina, especialmente de los tractores de potencia y peso medios/altos, lo que reduce la velocidad y la compactación del suelo. Sin embargo, el uso de neumáticos modernos genera controversia entre los expertos, ya que se pueden utilizar neumáticos de doble punta con una mayor superficie de contacto con el suelo.
Debido a la presumiblemente mayor superficie de contacto de las orugas, los tractores equipados con ellas tienden a tener mayor capacidad de tracción gracias a un menor deslizamiento, una mejor transferencia de potencia y una mejor interacción rueda-suelo. Estas características proporcionan a los tractores de orugas una mayor velocidad de operación y, en consecuencia, una mayor eficiencia operativa. Por lo tanto, son más adecuados para terrenos llanos y extensos.
En cuanto a la ergonomía y la facilidad de conducción, que se traducen en bienestar humano y rendimiento general del sistema, los tractores equipados con neumáticos son más suaves y ágiles en terrenos irregulares. Otra ventaja de los neumáticos es el desplazamiento por carretera, además de un menor desgaste y consumo de combustible. En cuanto a los costos, incluyendo adquisición, instalación y mantenimiento, los neumáticos son más económicos. Hay más piezas móviles en una oruga, especialmente metálicas, que en el cubo de la rueda de un tractor con neumáticos.
En el sector azucarero y energético, las orugas han ido ganando terreno, instalándose en tractores, transbordos y camiones agrícolas, lo que permite realizar operaciones incluso en suelos húmedos. Hay informes de productores que utilizan tractores de orugas en la producción de hortalizas, argumentando que les permite retirar la cosecha del campo incluso en días de lluvia y con suelos encharcados, lo que les permite obtener mejores precios, lo que justifica la inversión.
Una alternativa que se ofrece a los productores es la configuración de semi-orugas, donde en los tractores agrícolas 4x2 TDA el eje delantero está equipado con neumáticos y el eje trasero (tracción principal) con semi-orugas. Esta configuración no aplica a los tractores agrícolas 4x4, ya que en estos todas las ruedas deben ser del mismo tipo, pudiendo tener cuatro neumáticos o cuatro semi-orugas. En el caso de las cosechadoras de granos, las semi-orugas ocupan el eje delantero, que es la tracción principal. La configuración de semi-orugas puede entenderse como el equilibrio entre neumáticos y orugas, con la posibilidad de equilibrar costos y obtener una buena capacidad de tracción, consumo de combustible y rendimiento operativo, además de permitir la operación en terrenos anegados.
En el cultivo de arroz de tierras bajas, donde el suelo permanece inundado durante algunos días antes de la cosecha e incluso durante la misma, se utilizan ampliamente las sembradoras, cuyo rendimiento es superior al de los neumáticos. Sin embargo, cabe destacar que en estas zonas la compactación del suelo no es un problema importante, ya que el riego por inundación facilita la penetración de las raíces y, en última instancia, la compactación resulta beneficiosa, ya que reduce los problemas causados por la falta de soporte en estos suelos, reduciendo así el riesgo de atascamiento de la maquinaria.
Actualmente, algunas fincas han adoptado un sistema de control de tráfico de maquinaria en los campos, donde la trayectoria de las máquinas está predeterminada y guiada por sistemas de georreferenciación y piloto automático, siguiendo siempre las mismas rutas, desde la siembra hasta la cosecha. El sistema busca evitar la compactación aleatoria del suelo y el aplastamiento de las plantas, sistematizando el paso de las ruedas en rutas definidas y conocidas donde la compactación es aceptable.
Cada sistema tiene sus ventajas y desventajas, por lo que es importante comprender mejor las características y peculiaridades de cada uno, y no se deben tomar decisiones de forma generalizada. Se sugiere realizar un estudio de caso y que el agricultor busque asistencia técnica para evaluar el tipo de rueda más adecuado para su situación, de modo que la seleccionada sea capaz de realizar el trabajo de la mejor manera posible.
por Francisco Faggion, Tiago Pereira da Silva Correia, Victoria Linhares, Aline Biazioli de Pino, Haniel Carlos Gomes da Cruz, Brenda Jhully Alves Moreira, Pedro Henrique Gomes Alves (Lamagri/UnB)
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