En el manejo de malezas en café se recomienda integrar métodos de control manual, mecánico, químico y biológico, de manera correcta y en el momento adecuado.
25.07.2022 | 15:01 (UTC -3)
En el manejo de malezas en café, se recomienda integrar métodos de control manual, mecánico, químico y biológico, de manera correcta y en el momento adecuado, para posibilitar la reducción de la población de malezas, de manera racional y sin pérdidas económicas y ambientales.
Dependiendo del nivel de infestación, las especies predominantes y el tamaño de las malezas, puede ocurrir competencia con el cultivo de café por agua, luz y nutrientes. Esto perjudica el desarrollo vegetativo y productivo del cafeto y dificulta la realización de prácticas agrícolas.
Cuando se maneja la biomasa de estas malezas, existen beneficios para los cultivos de café, como proteger el suelo del cafetal de la erosión, reducir la evaporación de la humedad, reciclar nutrientes esenciales, proporcionar materia orgánica y mejorar la estructura del suelo.
La práctica del control de malezas es importante en la producción de café, ya que influye en la productividad, costos y rentabilidad del cultivo. Es importante que este control con la aplicación de buenas prácticas agrícolas contribuya a la sostenibilidad del cultivo, a través del uso racional de insumos y servicios, menor impacto ambiental, reducción de costos, mayor rentabilidad y mejores condiciones sociales para los trabajadores.
Sin embargo, la aplicación de métodos de control de malezas sin el debido criterio provoca efectos negativos en el cultivo. El uso inadecuado de herbicidas provoca daños al cafeto, encostramiento y erosión superficial del suelo, reducción de materia orgánica y presencia de especies resistentes. Un control mecanizado excesivo favorece la supervivencia de las malas hierbas, la formación de una capa densa y una disminución de la estabilidad de los agregados del suelo.
La aplicación de métodos unificados y repetitivos tampoco es eficiente para controlar las malezas en los cafetales y provoca efectos negativos en el crecimiento y rendimiento del cultivo, generando pérdidas. En este sentido, el manejo integrado de malezas de café controla estas especies mediante la combinación, sucesión y rotación de diferentes métodos de control en un tiempo y espacio determinado en el campo.
La composición de las arvenses en los cafetales depende de las variaciones climáticas, características del suelo, tipo de cultivo y sistema de manejo, que influyen en la germinación del banco de semillas y la tasa de infestación de la especie en un período determinado del cultivo.
El estudio de la población de malezas por parcela de café identifica las especies predominantes y sus características biológicas, lo que apoya la toma de decisiones sobre qué estrategia de manejo será la más adecuada.
Las principales especies de malezas del cafeto se clasifican según la estación de aparición (seca o lluviosa), ciclo biológico (anual o perenne) y morfología de las hojas (estrechas o anchas).
Clase de monocotiledóneas
Clase de dicotiledóneas
Manejo integrado de malezas
El manejo de malezas tiene como objetivo mejorar la convivencia y reducir la competencia con el cafeto. Se recomienda controlar la biomasa vegetal entre hileras, y especialmente en las líneas de siembra del cultivo de café, lo cual debe realizarse siempre de forma limpia para evitar cualquier competencia.
La reducción de la infestación o reinfestación de malezas en el cafetal debe realizarse incluso antes de que puedan producir semillas, es decir, antes de su etapa de diseminación. Sin embargo, debido a la diversidad de ciclos vegetativos y reproductivos de la especie, así como a la variación en la expresión del banco de semillas, su manejo se vuelve difícil, requiriendo mayor sentido común en las decisiones.
El manejo integrado de arvenses en café se caracteriza por la interacción entre las prácticas de control y otras prácticas de manejo del cultivo inherentes a la conservación del suelo, esquema de poda, control fitosanitario y reposición de nutrientes, para una convivencia favorable del cultivo con las arvenses, sin preocuparse por eliminarlas. inmediatamente.
La decisión de aplicar un manejo integrado depende de las características del cultivo (tamaño del área, espaciamiento entre hileras, edad del cafetal y tamaño de los cafetos); infestación de malezas (principales especies, grado de ocurrencia, tamaño de la planta y etapa de desarrollo); condiciones ambientales (topografía del terreno, suministro de agua, aspectos climáticos y tipo de suelo) y recursos del productor (trabajadores, máquinas e implementos disponibles, condiciones financieras y adquisición de productos).
Control de malezas en la línea de cafetal con desbrozadora de mochila motorizada.
El manejo de malezas en el cultivo de café puede entenderse como el conjunto de métodos de control manual, mecánico, químico y biológico, aplicados correctamente y en el momento adecuado, que posibilitan de manera racional la reducción de la población de malezas sin pérdidas económicas y ambientales.
Los métodos de control manual más utilizados en el cultivo del café son el deshierbe con azada y la siega con hoz. El desmalezado con azadón es el método principal en los surcos del cafeto, complementado con otros métodos entre surcos. Aunque eficiente, el deshierbe manual tiene bajo rendimiento y es costoso, y no siempre se dispone de mano de obra en cantidad suficiente en el momento deseado. El uso del deshierbe manual es el método adecuado para áreas con pendientes mayores al 20%, cultivos con espaciamiento denso y cafetales en formación. El corte con guadaña baja o de corte bajo reduce el tamaño de las malezas entre las hileras de cafetos, forma mantillo, aumenta la materia orgánica y los nutrientes en la superficie del suelo, además de contribuir al control de la erosión entre las hileras, especialmente en terrenos con mayor pendiente. Como alternativa, puedes utilizar una desbrozadora de mochila motorizada, impulsada por un motor de gasolina de dos tiempos, con opciones de diferentes marcas y especificaciones, con diferentes tipos de cuchillas de corte.
Desbrozadora mecánica entre las líneas de café.
Métodos de control mecánico. de malezas entre las hileras del cafetal requiere la provisión de máquinas e implementos, espacio abierto entre las hileras y terreno plano o con pendiente menor al 25%. En la línea de cultivos, el control suele darse mediante el entierro de pequeñas plántulas, provocado por el desplazamiento del suelo al paso de los implementos. Este método, sustituyendo o complementando a otros, presenta rendimiento superior y mayor ahorro, especialmente en cultivos grandes. En la operación se pueden utilizar microtractores, tractores de vía estrecha y cafetaleros, que transportan implementos como cultivadores, desbrozadoras y matorrales, aunque con un mayor costo en adquisición y dificultad para contratar mano de obra especializada.
El método de control químico. El tratamiento del cafeto consiste en el uso de herbicidas, aplicados a la vegetación o al suelo, provocando alteraciones fisiológicas, que provocan respectivamente la muerte de las plantas o la inhibición de su germinación. Las propiedades del modo y mecanismo de acción de los herbicidas sobre la planta y su persistencia y degradación en el suelo son fundamentales para monitorear los efectos en el cafetal y el medio ambiente.
Para aplicar el control químico al café, se sugiere considerar las características del crecimiento del dosel y la altura del cultivo de café en formación y producción, el tipo de herbicida preemergente y post-emergente y la población de especies de malezas, su ciclo biológico y tipo de hoja.
Los herbicidas preemergentes tienen efectos residuales y se aplican sobre el suelo limpio, cuando aún no han surgido las malas hierbas. Los herbicidas post-emergentes actúan sobre malezas ya emergidas o establecidas, mediante acción de contacto, con la muerte de la planta entre unas pocas horas y dos días después de la aplicación, o por translocación o acción sistémica con muerte de la planta dentro de una a tres semanas, dependiendo del herbicida. , la especie y el estado fisiológico y de crecimiento de la maleza.
Una mezcla de herbicidas es la combinación de dos productos con el objetivo de ampliar el espectro de acción sobre la población de malas hierbas o controlar cualquier especie que sea tolerante al herbicida principal. Es posible aprovechar el efecto sinérgico de la mezcla sobre una u otra maleza menos susceptible y reducir el efecto residual. Esta mezcla puede prepararse en diferentes formulaciones comerciales o prepararse en el campo en el tanque del pulverizador, según se recomienda para diluciones individuales.
Pulverizador tractorizado para control de malezas en café
En cuanto a las malezas, existen especies con un ciclo biológico anual, que se multiplican por semillas cada año, y el control de la mayoría de las especies requiere la aplicación de dosis menores de herbicidas post-emergentes con acción de contacto. Las malezas de ciclo biológico perenne se multiplican por semillas o partes vegetativas, teniendo una larga vida, alto tamaño y mayor rusticidad, cuyo control requiere la aplicación de mayores dosis de herbicidas sistémicos post-emergentes. Al analizar las condiciones específicas de cada parcela cafetalera, se visualiza la indicación del herbicida más adecuado a través del predominio de malezas de hojas estrechas o anchas, culminando con la definición del ingrediente activo y dosis del producto recomendado.
El pulverizador mecánico accionado por tractor tiene un accionamiento hidráulico con una bomba conectada a la toma de fuerza. Distribuye herbicida en aerosol bajo presión a un brazo trasero que contiene puntas de rociado. Su tanque tiene capacidad para 200 litros de almíbar o 400 litros de almíbar, cuyas conexiones con las puntas de aspersión brindan opciones para aplicar herbicida a cualquier zona del cultivo en la hilera o entre hileras. Este equipo presenta un alto rendimiento operativo en cafetales medianos y grandes, con mayor longitud de hilera. Las limitaciones de uso se dan en cultivos con pendientes pronunciadas y en plantaciones densas, además de requerir mayor inversión y mano de obra especializada. Para proteger los cafetos de la deriva de la aspersión de herbicidas, se deben usar solapas protectoras sobre las puntas de aspersión o sobre toda la barra de aplicación, o usar puntas de aspersión especiales “anti-deriva” o aquellas con mínima deriva.
El método de control biológico alelopatía logra mantener la población de malezas en un nivel bajo, lo que no causa daño económico al cultivo. Este método resulta de la interacción entre plantas provocada por aleloquímicos o sustancias químicas secretadas por la parte aérea o subterránea de las plantas en desarrollo o liberadas por residuos en descomposición. Ambos promueven la inhibición o prevención de la germinación de las semillas, la reducción del crecimiento de las plántulas y la influencia en los procesos simbióticos.
El uso de la alelopatía para el control de malezas en café se caracteriza básicamente por el uso de mantillo y el cultivo de mantillo vivo entre las hileras del cultivo.
Brachiaria entre las líneas del cafetal
El mantillo permite reducir la infestación de malas hierbas por competencia mediante el efecto físico de la sombra y la acción de sustancias químicas lixiviadas en el suelo por la lluvia. Esta práctica es comúnmente utilizada entre los cafetaleros, mediante el uso de vegetación de malezas y especies cultivadas entre las hileras que son eliminadas con herbicidas o cortadas con desbrozadora, dando como resultado una capa de paja en el suelo. También está el uso de la cascarilla de café depositada en cada cultivo, pero con dudas sobre su viabilidad por factores de oferta, costo e interferencia con las malezas.
La cubierta viva consiste en el cultivo intercalado de cultivos anuales de subsistencia y abonos verdes cultivados entre las hileras de cafetos, o incluso el cultivo intercalado de cultivos perennes cultivados entre las hileras de cafetos. Entre los cultivos de subsistencia destacan arroz, frijol y maíz, cuyo número de hileras depende del espaciamiento del cafetal, debiendo mantenerse una franja libre de siembra de medio metro de ancho a cada lado entre las hileras de cafetos y el cultivo intercalado. Los cultivos de abonos verdes son especies de gramíneas y leguminosas que, cuando se manejan adecuadamente, promueven la supresión de malezas mediante la influencia de la cobertura del suelo y la producción de biomasa, a través de la sombra o la acción de sus aleloquímicos. Se pueden intercalar una variedad de plantas frutales como cultivos perennes.
Opciones de gestión
En cafetales en formación y en producción se pueden utilizar varias opciones de manejo integrado de malezas. El corte reduce el tamaño y el potencial de competencia de las malezas, manteniendo viva la vegetación e iniciando un nuevo ciclo de crecimiento. El herbicida post-emergente no selectivo mata toda la vegetación, contribuyendo a la formación de mantillo.
Ambas prácticas protegen el suelo del impacto de las gotas de lluvia, la radiación solar y los vientos.
Opciones de manejo de malezas del café
La aplicación de herbicidas post-emergentes a malezas en una etapa más avanzada de desarrollo promueve la creación de una gruesa capa seca de paja, que protege el suelo de la erosión durante la temporada de lluvias y proporciona retención de humedad en el suelo durante la temporada seca. Es necesario tener cuidado para que no haya competencia con los cafetos en las fases de crecimiento, floración y fructificación, requiriendo hasta dos o tres aplicaciones de control.
Al inicio de la floración, los cafetos requieren buenas condiciones de humedad del suelo para garantizar altas tasas de transformación inicial de flores en frutos que resulten en “chumbinhos”, preservando la productividad esperada. En esta etapa, la práctica de la siega puede ser un paliativo, ya que el corte exclusivo de la parte aérea de las malezas permite una competencia continua por agua y nutrientes, por lo que se recomienda la aplicación de herbicidas en post-emergencia.
Antes de la cosecha, luego de la etapa de arado, se recomienda aplicar herbicida preemergente para mantener limpio el cultivo, facilitando las actividades de cosecha y recolección de frutos. Al final de la cosecha y después del esparcimiento, se debe aplicar una mezcla de herbicidas de postemergencia, para favorecer la formación de una capa de mantillo en el suelo.
La rotación periódica de la aplicación de diferentes grupos químicos de herbicidas, con principios activos con diferentes mecanismos y modos de acción, inhibe la selección de especies de malezas y microorganismos resistentes, mejora la eficiencia del control, evita aplicaciones innecesarias o dosis excesivas y reduce los impactos al medio ambiente. .
Parece, por lo tanto, que no se recomienda la adopción de un manejo único para el control eficiente de malezas en café, debido a la diversidad de esta población. No existe una recomendación estándar para la gestión integrada. Se recomienda que sea diverso y dinámico, como la propia infestación de malezas, buscando siempre equilibrar el control con los beneficios para el cultivo. Cada año se debe revisar cuidadosamente todo tipo de manejo, evaluando los efectos sobre el suelo y el cultivo, así como su viabilidad técnica y económica, respetando las condiciones de cada parcela cafetalera.
Artículo publicado en el número 226 de Cultivar Grandes Culturas, marzo de 2018.
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