La importancia de los patógenos en los materiales de propagación de plantas y en el suelo.
Por José Otávio Menten, ingeniero agrónomo, profesor titular de la USP/ESALQ y presidente del CCAS
Al mismo tiempo que la agricultura brasileña cambió para enfrentar los desafíos planteados por las malezas, la flora reaccionó tanto en términos de diversidad como de tolerancia a los herbicidas. En este proceso dinámico cobra fuerza la revitalización de soluciones existentes, como el uso de soluciones preemergentes. Sin embargo, es necesario tener en cuenta que esta es sólo una de las respuestas y no la única solución al problema.
En los últimos 20 años, la agricultura brasileña ha experimentado profundos cambios en el manejo de malezas. Entre los innumerables cambios cabe destacar la aparición de especies resistentes a los principales herbicidas y la creación y uso de plantas transgénicas resistentes al glifosato y al glufosinato de amonio.
Al mismo tiempo, como resultado de tanta evolución, se produjo una reacción en la flora de malezas tanto en términos de diversidad como de tolerancia a los herbicidas más frecuentes. Se trata del dinamismo de la naturaleza, demostrando claramente su fuerza de reacción ante los intentos del hombre de imponerla.
Actualmente vivimos una fase de nueva transformación. Como olas que van y vienen, las técnicas de control de malezas se parecen a estos movimientos. El uso de herbicidas preemergentes tuvo su momento de gloria en el pasado en varios cultivos como soja, maíz, algodón, entre otros. Posteriormente tuvieron un período de prevalencia herbicidas post-emergentes selectivos como los del grupo ALS y los inhibidores de ACCasa, reemplazados posteriormente por el glifosato con plantas transgénicas Roundup Ready y GlyTol (soja, maíz y algodón).
Como resultado adverso de la facilidad de manejo de malezas proporcionada por la innovación, hubo un uso intensivo de estas tecnologías, muchas veces sin criterio. Esto resultó en la selección de malezas tolerantes y resistentes a estos herbicidas, algo perfectamente normal cuando se ejerce esta presión selectiva. Por lo tanto, la próxima “ola” requerirá medidas más difíciles y costosas para prevenir el daño de las malezas.
Como los cambios en la flora de las malezas ocurren tan sutilmente, los agricultores no siempre notan estos cambios en su vida diaria. Y cuando tu cultivo es invadido por una nueva especie, hay sorpresa, como si hubiera una explosión de estas infestaciones. Un escenario que te convierte en rehén de controles más drásticos.
La solución no siempre pasa por tecnologías futuras como la tolerancia al herbicida Dicamba, los herbicidas a base de 2,4D o el grupo de herbicidas HPPD, que una vez más parece ser la forma más eficaz y sencilla de combatir las malas hierbas. Es necesario distinguir las buenas prácticas agronómicas de los controles “fáciles” que pueden disfrazar la repetición de los mismos errores.
Una de las respuestas (y no la única) puede ser la revitalización de los herbicidas preemergentes. Dentro de la comunidad científica, este tema es objeto de varios diálogos entre especialistas en malezas, como medida de seguridad, apoyo y sostenibilidad de las nuevas tecnologías. Corresponde a todos los profesionales agrícolas centrar su atención en los herbicidas preemergentes ahora con miras a evitar los fracasos del pasado y añadir los conocimientos más recientes.
La coexistencia entre todas las tecnologías de control de malezas y los diferentes cultivos puede no ser armoniosa cuando no se utiliza adecuadamente alguna de estas técnicas, sin el debido conocimiento. Como ejemplo, se pueden enumerar los riesgos de residuos o “arrastre” de herbicidas preemergentes para cultivos posteriores, cuando esto sea sensible.
Este enfoque es cada vez más común en la agricultura desarrollada en países como los Estados Unidos de América. La investigación busca comprender mejor todo el mecanismo de degradación de los herbicidas, lo cual es esencial para garantizar la seguridad necesaria para las buenas prácticas agronómicas.
La aparición de nuevas tecnologías de la información, mediante sensores e imágenes, puede ayudar a identificar con mayor claridad todos los brotes de malas hierbas y, en el futuro, calibrar mejor las cantidades y dosis de herbicidas aplicadas.
Para revitalizar antiguos herbicidas preemergentes o incluso simplemente para hacer uso de nuevos herbicidas preemergentes, se están investigando compuestos capaces de proteger el cultivo o “safeners”. Ante esto, existe una gran expansión de modelos de control de malezas para orientar a los agricultores sobre las mejores herramientas en esta área. Esto hace que la capacidad de los asistentes técnicos sea esencial para desarrollar los métodos más adecuados para cada agricultor.
El sistema de manejo de malezas debe ampliar sus paradigmas y para brindar la solución más eficiente y efectiva al agricultor, debe buscar la mejor combinación de estrategias de control de malezas. Esto incluye, sin duda, el uso de todos los recursos, incluidos los herbicidas preemergentes en la forma tradicional antes de la siembra del cultivo de interés o posteriormente en el control poscosecha (a criterio de la recomendación de un buen profesional agrícola).
Evaldo Kazushi Takizawa, Ceres Consultoría Agrícola
Artículo publicado en el número 231 de Cultivar Grandes Culturas, agosto de 2018.
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