La digitalización de la agricultura
Por Carlos Alberto Oliveira, de Escoop y Seapi/RS, Christian Bredemeier, André Luis Vian y Antonio Domingos Padula, de la UFRGS
Los productos fitosanitarios han sido herramientas importantes en la agricultura durante décadas, promoviendo el control de plagas, enfermedades y malezas, asegurando que se alcance el potencial productivo de los cultivos para satisfacer la demanda de alimentos de una población en constante crecimiento.
Dicho esto, el ritmo de la demanda de alimentos se ha vuelto dependiente de los productos fitosanitarios. Sin embargo, a pesar de ser importante, su aplicación debe ser consciente. El título de Brasil como uno de los mayores consumidores de agroquímicos del mundo plantea interrogantes sobre la sostenibilidad del sistema de producción brasileño y los desafíos que enfrenta en relación con la reducción de la deriva en las aplicaciones.
La técnica de aplicación y los modelos de puntas de pulverización son pasos importantes para mejorar la precisión y las condiciones de seguridad en las aplicaciones. En un ambiente meiosi con caña de azúcar y maní, es la técnica de aplicación, combinada con la adecuada selección de puntas, la que permite aumentar la efectividad del control y, principalmente, reducir el riesgo de contaminación por deriva de los productos aplicados.
La deriva es el movimiento de un producto en el aire durante o después de su aplicación a un lugar diferente al planeado. La deriva también se define por la parte de la pulverización que se pierde dentro del área aplicada, por ejemplo, en aplicaciones donde el objetivo son las plantas, pero también se pulveriza el suelo, o por el escurrimiento del producto de las plantas al suelo. Así, la deriva es todo aquello que no llega o no es retenido en el objetivo.
Lo que se observa en campo es que, generalmente, se presta mucha atención al producto fitosanitario a aplicar y poca a la técnica de aplicación. Sin embargo, conocer el método de aplicación que proporciona una mejor uniformidad en la distribución de la pulverización y un tamaño de gota adecuado permite que el producto alcance el objetivo de manera eficiente y minimice las pérdidas.
La llegada de la agricultura de precisión permitió una mayor precisión en la siembra de cultivos mediante piloto automático y, en consecuencia, fue posible adoptar técnicas de aplicación más eficientes. Por ejemplo, en las primeras etapas del cultivo de maní es posible realizar aplicaciones focalizadas que eviten pérdidas y reduzcan costos. La imagen siguiente muestra una técnica de aplicación dirigida realizada por el equipo de desarrollo de productos de la empresa Herbicat de Catanduva (SP), en la que es posible reducir el uso de fitosanitarios hasta en un 40% antes del cierre del cultivo.
En estas condiciones mostradas en la imagen, las puntas laterales aumentaron la cobertura y el depósito de almíbar en la parte inferior del dosel de la planta, reduciendo en consecuencia el inóculo de enfermedades para las etapas más avanzadas del cultivo. Por tanto, la técnica de aplicación dirigida puede reducir importantes problemas fitosanitarios al final del ciclo del cultivo.
Desde el punto de vista de la técnica de aplicación dirigida que se presenta en la foto de arriba, las tres boquillas de aspersión se utilizaron para la etapa de desarrollo en la que se encontraba el cultivo. Sin embargo, en etapas anteriores puede utilizar sólo la punta rociadora superior o las dos puntas laterales. De esta manera, dependiendo del estado de desarrollo del cultivo, se puede reducir el volumen de aspersión (litros por hectárea) y el uso de productos fitosanitarios, aumentando en consecuencia el rendimiento de la aplicación y la rentabilidad del productor.
A partir del momento en que el cultivo se encuentra en estados vegetativos más avanzados, en los que las líneas están completamente cerradas, se recomienda una nueva organización de las puntas de aspersión buscando una mayor uniformidad en la distribución de los productos aplicados.
La mala distribución del rociado puede ser causada por varios factores, como por ejemplo, posicionamiento inadecuado de las puntas de rociado, alta velocidad de aplicación que causa oscilaciones en la barra de rociado, puntas de rociado desgastadas, fugas o mangueras mal colocadas en la barra, falta de agitación en el tanque resultando en variaciones en la dosis o concentración del producto(s) durante la aplicación, condiciones climáticas adversas, entre otros factores que puedan comprometer la efectividad del tratamiento fitosanitario.
Se debe considerar que la calidad de las aplicaciones en el cultivo de maní en ambiente de meiosis con caña de azúcar está relacionada con una combinación de varios factores, siendo el conocimiento sobre la técnica de aplicación uno de los factores más importantes. La sostenibilidad económica, ambiental y social en el uso de productos fitosanitarios depende directamente del desarrollo de estrategias más eficientes en el proceso de aspersión.
*Por Henrique Campos, de Sabri Sabiduría Agrícola, y Luis César Pío, de Herbicat
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