La unión de factores garantiza una mayor productividad en frutas y hortalizas

Por Bruno Dittrich, especialista agrónomo de Yara Brasil

31.01.2025 | 15:58 (UTC -3)

Los productores rurales brasileños son resilientes, incluso cuando enfrentan problemas climáticos y desafíos económicos. El escenario le ha exigido estar siempre bien informado, atento a los detalles y utilizar tecnologías para minimizar daños y agregar valor a la producción. En cultivos hortofrutícolas, en concreto, pequeños errores en la gestión pueden comprometer gran parte de la producción. Sobre todo cuando el agricultor obtiene rentabilidad por la aparición de frutas, verduras y legumbres, ya que el consumidor busca verduras bonitas, nutritivas y que duren más tiempo. Para obtener esta calidad, el productor debe considerar varios factores en busca de un alto rendimiento durante todo el ciclo productivo. 

Una nutrición equilibrada va mucho más allá de una simple aplicación de NPK (nitrógeno, fósforo y potasio). Un ejemplo es el potasio, un elemento muy requerido por los cultivos de frutas y hortalizas. A menudo la fuente utilizada por los agricultores es el cloruro de potasio, que tiene un 47,5% de cloro en su composición. En grandes cantidades, el cloro daña las membranas celulares, perjudica el metabolismo celular y reduce la productividad en cultivos sensibles como la cebolla y el aguacate. Además, compite con otros elementos, como el fósforo y el azufre, bloqueando el acceso de estos nutrientes a la planta. El cloruro de potasio también tiene un índice salino muy alto, lo que hace que la planta pierda agua. Es importante elegir fuentes de potasio con niveles muy bajos de cloro y baja salinidad. 

Lo mismo ocurre en relación a la elección de la fuente de nitrógeno, que puede ir desde la urea, que presenta altas tasas de pérdida y potencial acidificación del suelo, hasta el nitrato de amonio, que aporta nitrógeno en formas nítricas y amoniacales, con menor potencial de pérdidas y favoreciendo a través de la sinergia. la absorción de otros nutrientes por los cultivos. Disponer también de otros nutrientes importantes es fundamental para aumentar el potencial del cultivo, entre ellos el azufre, que mejora la fotosíntesis; magnesio, que reduce el estrés de las plantas y mejora la translocación de nutrientes; y micronutrientes como hierro, boro y manganeso, que garantizan una planta eficiente con alta productividad y calidad en la producción. 

En cultivos demostrativos ubicados en diferentes localidades de Brasil, Ecuador, México y Alemania, se compararon los efectos de fertilizantes convencionales y una solución de alto rendimiento en frutas y hortalizas. Los resultados demostraron un aumento en la productividad de hasta un 57% en papa, con mayor número de papas de categoría especial, que valen en promedio el doble que la categoría anterior, así como un aumento en la cantidad de almidón. El aumento de la productividad fue de hasta el 37% en cebolla, con mayor porcentaje de cebolla “caixa três”, la más valorada por el mercado. En tomate, además de un 6% más de productividad, hubo un aumento en el tamaño, peso del fruto y número de racimos. La productividad fue 49% mayor en lechuga, con mejoras en peso y número de hojas, 18% en repollo y 15% en calabaza. El aguacate logró el resultado más expresivo, un aumento del 100% en la productividad. 

La nutrición es la base de toda gestión más sostenible. Al producir más por hectárea, tenemos una gran ganancia en relación al impacto ambiental, ahorrando área y recursos naturales. Los agricultores también pueden y deben optar por soluciones con una menor huella de carbono, contribuyendo a la sostenibilidad del agronegocio. La combinación de todos estos factores promoverá no sólo el éxito del agricultor con cada cosecha, sino un futuro más positivo para la naturaleza.

*Por Bruno Dittrich, especialista agrónomo de Yara Brasil

Compartir

Newsletter Cultivar

Reciba las últimas noticias sobre agricultura en su correo electrónico